viernes, 13 de julio de 2012

Mi mirada te busca entre la multitud, el calor humano se torna cada vez más insoportable, busco tu pálido rostro que se desdibuja en mis recuerdos; el miedo a no encontrarte me consume, me aterra la idea de haber olvidado tu imagen, la multitud me arrastra, tira de mis vestiduras al confundirme con alguien más.

Pero, ahh!, al fin te veo, luces tan semejante a mis recuerdos, tan afable, pero: -¿por que estas recostado?, es acaso que descansas y pretendes alejarte de toda esa masa humana que intenta remediar los daños de la guerra, que intenta como yo encontrarse con alguien, que afortunada soy; me acerco a ti lentamente, pero no entiendo aun:- ¿por que sigues así con los ojos fijos al cielo, será que recuerdas cuando niños con las nubes solíamos jugar, ¿es acaso eso?, debe serlo, entiendo tu mirada, solías asaltar el cielo con un solo vistazo, pero, ¿por que no mueves los brazos simulando dibujar en el aire, blandiendo los puños sin cesar...

Por fin logro acercarme a ti, grito tu nombre a la distancia, pero no giras el rostro, debe ser que no puedes oír, hay tantos nombres que se escuchan, que se mascullan, se gritan aquí, seguramente no distingues de mis labios el propio, te toco el brazo pero estás frío, debe ser por la nieve, esa nevada te ha puesto la piel cual tempano, me acerco a ti y te susurro al oído pero no respondes, ¿será que me has olvidado?, las lágrimas brotan sin cesar de mis ojos, debe ser la felicidad de encontrarte, pero dime, te lo suplico,:- ¿por que ya no me miras?, -¿por que ya no te mueves?, -¿por que estás tan frío?, dime que solo estás molesto porque no he llegado antes, dime que no es porque has muerto.

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