En la última fila del nuevo cine en medio de una función al
medio día, entre una mala traducción y efectos especiales, intercalaba la
mirada entre la pantalla y tu rostro en la oscuridad, eso era la vida, tomarme
de tu mano y enfrentar lo que fuera, encontrarme en tus ojos y recibir tu
sonrisa, esa que tienes solo para mí, saltar en medio de las calles y correr
aunque la calle este vacía, abrazarme por la espalda y me digas: ¡Qué bonita
que eres!, que me sonrojas y te como a besos, que la vida es verme a tu lado, y
tomarme de tu mano, para nunca soltarte.
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