martes, 14 de mayo de 2013

Con un balde de agua helada

Es como estar en una pesadilla, despertar, pero no tener la certeza de que ha terminado, esa sensación en el estómago que te provoca nauseas, dolor, como empaparte de agua helada, no es como la lluvia, bajo la lluvia bailas, vives, el agua helada es distinta, a ella no te acostumbras tu cuerpo deja de sentir, porque estás demasiado dañada para discernir entre más o menos dolor, la intensidad de este dolor después de unos meses bajo agua helada no es diferible, se tiene o no, estás mojado o seco, pero tu piel se hace más fuerte, tu sistema más resistente, parece ser que te acostumbras a recibirla, a permanecer ahí debajo sin poder moverte pero nada te ata, lo haces por tu voluntad y sabes que duele, sabes que no es placentero y también sabes que en cualquier momento podrá ser lo contrario y todo colapsar…sin embargo aunque intente permanecer, solo espero el momento de mi colapso.

Infinita imperfección





Estoy feliz y triste al mismo tiempo, el frío que viene después de la lluvia me llena cada poro de la piel, el aroma cálido de la madera húmeda en mi perfectamente desordenada habitación, me hace sentir feliz y triste al mismo tiempo, ha caído hielo, es la primera lluvia del año, en el mes de mi cumpleaños, todo se siente húmedo y cálido al mismo tiempo, es como escuchar una canción que esta escrita justo para ti, subir el volumen y escaparme de la rutina, ser una turista en mis sueños, pero….estoy tan feliz y tan triste, es algo difícil de explicar, tanto que ni yo misma lo entiendo, es como leer un libro que te cambia por dentro pero que nunca en la vida volverías a leer, o ver una película y no conservarla, prefiero la fugacidad, lo intangible, ser infinita, eterna por un momento, suspirar y saber que nunca más tendré veinte, saber que fue bueno y que no importa que pase, un día todo será un recuerdo, no quiero ser el sueño de alguien, porque yo...soy real.